miércoles, 29 de febrero de 2012

Febrero


Estas líneas fueron escritas una madrugada de febrero, transcurría el año 20**… y hacía frio. Fue el día que desperté viendo todo en color sepia. Todo color marchito, las flores macilentas, los jardines mortecinos, las calles apagadas y exangües faroles fumadores de neblina,  reflejando su pereza en los charcos deslucidos. Quizás estás letras fueron cayendo sobre el ordenador por pura desidia, quizás perdieron el brillo en una subasta de emociones. Recuerdo que caminé esa noche, paladeando la primera palabra que fue escrita, como la primera piedra en la construcción de una muralla; esa palabra monosílaba, tan dulce, y a la vez tan arcana, resume el vacio que hoy llena a esta ciudad de luciérnagas inusitadas, de balaustradas derruidas, de sombras que mueren en las esquinas, y de pasos que huyen clandestinos a chocar contra las paredes: “TÚ”…  

Estos febreros son más largos; hoy hace bisiesto, y Marzo se ha retrasado. Antes de que cante el gallo lo habré dicho tres veces: no me gustan los febreros… no me gustan los febreros… no me gustan los febreros…. Ahora no sé lo que pasa, sólo espero, que hayas encontrado lo que buscabas, y que yo descubra cada día algo nuevo, para seguir  intentando hilvanar prosas poéticas, aunque todo haya quedado color sepia desde tu partida. 



 


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