Eclesiastés 3. 2- 9.
Estoy viviendo una de las mejores etapas de mi vida. Y quiero compartir con ustedes parte de la felicidad que siento en estos momentos.Como lo dije en la carta abierta del año pasado: cada vez que tengo la oportunidad de cumplir años cierro otro ciclo, y éste lo quiero clausurar agradeciendo a todas las personas (entre conocidos y amigos) que han externado sus críticas a Luz Bella Averni.
Alguna vez dije que este blog no era un diario personal ni mucho menos, siempre he querido que sea una actividad sería: hoy me retracto de esas palabras, pues al revisar los pasados post he descubierto que Luz Bella Averni es una especie de exploración interna; es entrar a la Cienaga de mi Alma, tan llena de contradicciones. Hoy puedo pensar que este blog es una búsqueda sincera e intensa a mi mismo de manera indirecta. A lo largo de sus líneas hay una especie de ajuste de cuentas con mi persona. Es también el reflejo del millón de fantasmas que me atacan en la cotidianidad.
Averni (como le llamo de cariño) va sobre dos años, y quiero tomar como excusa la licencia de esta carta abierta para reconocer a: Alex Calvillo, Erick Barrera, Edwin Vázquez, Santiago Vázquez, Krissia Caishpal, David López, Luís Borja, Julio González, Mario Zetino, Luís Hernández, Javier Espejo, Raúl Azcúnaga, Daniel Alberto, Edgardo Rincán, Ricardo Carbonel, Beleth (Chile), Gabriel Cisneros Abedrabo (Ecuador), Marie Agustine (Argentina), Franz L. Rieber V (Argentina), Osmin Pineda (Rode Island), Johanna Ortiz (Colombia): A todos les doy las gracias por visitar, criticar y comentar este blog.
Lo único que quiero con esta carta abierta, es tener la certeza de que tú, lector, conversas conmigo en la intimidad de mi casa, con un trago (*) entre las manos.
PD: Debo a mi amigo Julio González el capturar ese segundo mío en la foto.
__________________________________
(*) Dejo a tu elección el licor, ya sea Vino, Ron, Whisky, Cerveza o Chicha.