miércoles, 27 de febrero de 2008

La última morada del anti-hombre.

A veces también lloro por mi frustrada ancianidad,
Grito sobre mi muerte lejana y prematura,
Sumergido en angustia,
Como quien hunde la cabeza en una almohada
Para que nadie vea sus latentes racimos de tristeza.

Pedro Geoffroy Rivas.
Ronald Orellana.

Entre el silencio y la paz que reinan alrededor de las tumbas del Cementerio General Santa Isabel de la ciudad de Santa Ana, descansan los restos del Dr. Pedro Geoffroy Rivas, poeta y antropólogo, quien naciera el 16 de septiembre de 1908, en esta ciudad y que partiera a la oscuridad definitiva el 10 de noviembre de 1979.

Piedra angular en la tradición intelectual salvadoreña, Geoffroy nos dejó una vasta herencia cultural, desde las ramas de la investigación antropológico-lingüística, con orientación al estudio de las lenguas indígenas y la teorización de una identidad lingüística salvadoreña con los ensayos: Toponimia náhuat de Cuzcatlán (1973); El español que hablamos en El Salvador (1975) y La lengua salvadoreña (1978). En la rama artística los poemarios: Vida pasión y muerte del anti-hombre (1978); Canciones en el viento (1933) y Los nietos del jaguar (1977) entre otros.

En su juventud viajó a México, patria que lo acobijó en diferentes ocasiones cuando por motivos políticos se vio obligado a abandonar El Salvador, en esa nación cursó sus estudios de derecho y antropología, en la prestigiosa Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Su última morada es un mausoleo familiar, el que comparte con sus padres: Pierre Geoffroy (1873-4 de nov. de 1972) y Lola de Geoffroy (1875- 4 de dic. de 1962), ambas inscripciones en una sola placa de mármol; el epitafio que corresponde a Pedro Geoffroy Rivas, se encuentra aparte al costado izquierdo, bajo el apellido de la familia, única distinción del hipogeo. La tumba es sobria, de color ceniciento, con una pequeña superficie que se alza a no más de un metro con veinte centímetros.




lunes, 25 de febrero de 2008

CUANDO ESCUCHÉ AL DOCTO ASTRÓNOMO.(Walt Whitman)





Aunque sé que este no es uno de los mejores poemas de Walt Whitman, me gusta por los cuatro últimos versos…

Cuando escuché al docto astrónomo,
cuando me presentaron en columnas
las pruebas y guarismos,
cuando me mostraron las tablas y diagramas
para medir, sumar y dividir,
cuando escuché al astrónomo discurrir
con gran aplauso de la sala,
qué pronto me sentí inexplicablemente hastiado,
hasta que me escabullí de mi asiento y
me fui a caminar solo,
en el húmedo y místico aire nocturno,
mirando de rato en rato,
en silencio perfecto a las estrellas.

martes, 19 de febrero de 2008

EL MANUSCRITO. II


Ronald Orellana.


Sumergió su cuerpo desnudo en el agua, como si presintiera que seria la última vez que gozaría de los dones del líquido, como si supiera de la aridez del terreno que le tocaría recorrer. Penetraron sus manos en el cristal, bebió y mojó su cara, al desaparecer las ondas divisó su rostro.

Emprendió la marcha, sólo un levie(1) y gastadas sandalias eran su vestido. Después de un largo trecho, bajó de nuevo la mirada, pero esta vez no lo sorprendió su rostro, sino la tierra quebrantada por la aridez, que en forma caprichosa modelaba mosaicos parecidos a las líneas de sus manos; levantó la vista, lo cegó el Sol, como mostrándole que se encontraba en su poder: <me pertenece tu vida>, oyó que alguien le dijo.

Recordó su niñez; sus años de juventud; los primeros ritos de iniciación a la vida adulta y sus victorias de guerrero. Los recuerdos le llegaron de golpe, luego sintió hambre, y evoco el crótalo que se procuro el primer crepúsculo de su entrada a la nada, este recuerdo le llevó a una imagen: el fuego, la ardiente fogata que le abrazaba del frío, esas formas cambiantes, como lenguas de dioses, ¿o acaso de un solo Dios?

En su poder, El manuscrito: bello papiro escrito con caracteres de sangre, su deber era protegerlo de la destrucción de los bárbaros por eso abandonó a los suyos, los pocos que compartían su estirpe después de haber sido diezmados por hordas enemigas.

Los días pasaron, las fatigas del trayecto fueron mermando sus carnes, sus labios comenzaron a agrietarse. Cayó, mordió el suelo, articuló una oración en su arcaico dialecto pero sus dioses no le escucharon, sintió que la ira se ahogaba en su garganta, luego musitó una blasfemia, sintió un sopor extraño, cerró sus ojos.

<< Hoy estas aquí, frente a Mi >>.




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(1) Especie de túnica que se utiliza para aislar el calor del desierto.

viernes, 15 de febrero de 2008

La Golondrina Sideral.


Ronald Orellana.

La Golondrina Sideral es parecida a su pariente terrestre, con su forma habitual y manchas blancas en el tórax, pero se diferencia de su homónima por el tamaño, debido a que la Golondrina Sideral es relativamente más pequeña y en lugar de ser color negro, su color es azul. Vuela en bandadas, si se las captura e introduce al planeta tierra no pueden volar, porque su hábitat y elemento es el espacio, así como los peces pertenecen al agua (auque según Borges provinieron de los espejos), igual sucede si respiran oxígeno, ya que morirían como un pez desterrado del agua, su tiempo de vida es corto pues viven un siglo.


Aristóteles en el libro IV de la Ética [1] sostiene que: < una sola golondrina no hace verano, como no lo hace un sólo día hermoso > sin duda alguna que se refería a la Golondrina Sideral, porque las bandadas de millones de estas aves, dan ese matiz azul oscuro a las noches claras, cuando los rayos de luna iluminan sus dorsos.



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[1] Ética a Nicómaco, el libro es conocido también con el nombre del hijo del autor, pues él se encargo de publicar esta obra después de la muerte de su padre.

martes, 12 de febrero de 2008

Las Morenas son mejores.

Según un estudio publicado por “The Magazine of beauty”, las mujeres de cabello negro y piel morena ganan un 60 % de aceptación por la comunidad masculina frente a las rubias. El artículo apareció el martes pasado, donde se observa la superioridad de aceptación departe de los hombres hacia las mujeres trigueñas y melanodérmicas, mostrando menos interés por las catiras, las cuales en cierta manera son encasillan bajo un esteriotipo negativo.

Podemos pensar que el modelo de la rubia sexy ya está pasando a la historia” son las palabras que resaltan en la introducción que escribiera Karle Hartman, autora de la nota.

Un factor que ha mejorado el gusto estético masculino, es la promoción de la belleza latinoamericana en los mass media, siendo estos países los que cuentan con mayor porcentaje de mujeres con colores de piel que van desde un trigueño claro hasta el moreno oscuro: “las latinas son las mujeres más bellas del planeta, porque tienen una gracia natural, un carisma y sensualidad que las hace más agradables”, según la opinión publicada por uno de los jóvenes que fueron sometidos a la investigación.

El estudio consistió en una encuesta orientada a una cantidad considerable de hombres, que oscilaban entre los 17 y 45 años, además de las pruebas de laboratorio en las cuales se le presentaba al participante una serie de imágenes de féminas con distintas particularidades. Los informantes fueron conectados a una maquina de Resonancia Magnética Funcional (R.M.F) para observar la actividad cerebral, la cual mediría el nivel de aceptación sobre ciertas características, “Los resultados obtenidos fueron una mayor estimulación en el área que corresponde al deseo sexual cuando se les proyectaban imágenes de latinas morenas” según manifestó el Dr. Arnold Paters, director del área neurológica de la universidad de Neuscarchire.

En lo personal, estoy de acuerdo con los resultados, pues mi esposa es una morena muy simpática y no la cambiaria ni por un millón de rubias.

Ronald Orellana.

domingo, 10 de febrero de 2008

ALWAYS (Erasure)



Dedicado a mi esposa Krissia.

viernes, 8 de febrero de 2008

UMBRAL.

Todos alguna vez en la vida, hemos sido tentados a caminar -sin un itinerario- por calles desconocidas. Ya sea para descubrir nuevos rumbos, o para satisfacer nuestra curiosidad natural.

Cuando recorremos el laberinto que algunos llaman ciudad, dentro de sus callejuelas llenas de sombras que esperan agazapadas el momento furtivo de lanzarse sobre nosotros, tropezamos con diferentes cosas: el farol gris de una esquina; la lata que nos pide a gritos un puntapié; el color blanco de una verja; la textura de una pared sobre la cual rozamos al pasar nuestros dedos; un león con las fauces abiertas, destinado a ser aldaba de una puerta; o la infaltable piedra donde trastabillamos: algunas de estas impresiones son de nuestra aprobación, otras son desdeñadas por nuestros sentidos.

Así, no nos resulte raro, encontrar entre los transeúntes, el resplandor furtivo de una moneda de plata, pidiéndonos que la levantemos de la acera. Estos descubrimientos son vedados a otras personas, porque son cuestión de un momento invaluable e irrepetible que sólo nos pertenece a nosotros.

De la misma forma, puede aparecer ante nosotros un umbral, con su puerta y aldaba. Desde que lo vemos nos sentimos atraídos por él,.. Nos invita a entrar. ¿Qué misterios descubriremos al cruzar la puerta? ¿Qué silueta nos abrirá? Una cosa si es cierta, no escucharemos estas inmortales palabras:

“- Bienvenido a mi casa. Entre libremente. Pase sin temor. ¡Y deje en ella un poco de la felicidad que trae consigo!" (1)

La invitación a cruzar está dada, ¿será porque este instante de reflexión y contemplación está destinado para nosotros?

Ronald Orellana.

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(1) Stoker, B. Drácula, capitulo 2, página 33. Diario de Jonathan Harker.