Si escribir es
una rectificación de vida, escribir una carta abierta cada que cumplo años es
quizás la exageración de esa idea: es llevar hasta niveles de morbo ese
voyerismo. Quizás esta no tenga entre sus líneas artificios retóricos. Tal vez
no escriba hoy sobre alegrías o tristezas: he escrito mucho últimamente sobre
esos temas. La verdad escribo hoy esta carta por cumplir con la tradición que
me ha llevado ya seis años, atendiendo al principio que quizás lo único en la
vida que valga la pena, porque nos arraiga a algo, son las tradiciones.
¿Qué puedo decir ahora? Tengo veintitantos
años, la vida se escurre y uno casi ni se da cuenta. Estoy llegando más con
pena que con gloria a mi tercera década, pero ahora: ¿quién puede medir el
éxito del fracaso? Tengo pareja, amigos, familia, un empleo modesto y el oficio
de escribir. He cambiado mucho desde la última carta, algunas de esas cosas no
las tenía como las tengo hoy: mi calidad de vida ha mejorado y me siento
agradecido por eso. Tengo un camino por seguir, una vida, y por el momento,
sigo caminado.
4 comentarios:
te felicito muy pocos estan de alguna forma satisfecho con lo que han hecho
que agradable es saber que sigues en pie... me encanta como dices las cosas, sigue asi... tienes talento y lo mejor es que te gusta lo que haces..
ROMINA:
Gracias por tu comentario, ya extrañaba tener una huella tuya en mi blog.
Que te puedo decir, todas las decisiones, ya sean erradas o acertadas lo configuran a uno, y si ese tipo de circunstancias me han vuelto el hombre que soy hasta ahora no tengo porque quejarme, se que al menos no soy una persona con malos sentimientos (Bueno eso creo).
Saludos querida amiga, un fuerte abrazo en la distancia.
LUZ VERDE:
Gracias por tus palabras, a veces uno tiene sus altibajos, y comentarios como el tuyo en verdad motivan.
Saludos fraternos y un fuerte abrazo.
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