miércoles, 17 de abril de 2013

POEMA DEDICADO AL “CÍRCULO LITERARIO MISHIMA” POR VLADIMIR AMAYA



De un ataráxico, con mucho “aprecio”.

No digas el cuerpo y las espinas.
No sabes de la sangre y las fechas pavorosas que forman la suerte del mundo.
A ti solo te contaron de la sombra y no de los colmillos;
De la espada y no del grito en la noche.
Tú y tus amigos se hundirán en sus heces
y creerán que todo fue la espina,
y habrán creído tener cuerpo para decir: “conocí la espina”.
Pero no,
no se habrán rotos los espejos en su casa
y se escuchará música de violín y aplausos
cuando todos ustedes quieran escuchar guitarras rotas.

Porque esto de decir es que un derrumbe te señale con su oscuro dedo
y escriba tu nombre en el enjambre de astros partidos bajo las ruedas del amanecer.

Esto de decir amerita el silencio.
Antes de decir el cuerpo y las espinas
deben
Tú y tus amigos,
arrodillarse ante las larguísimas lágrimas del silencio.


lunes, 8 de abril de 2013

Círculo Literario Mishima en los Jueves de Poesía de Café la T

Otro jueves más de poesía salvadoreña en La Letra T, el espacio cultural de su Café la T.

La cita es este jueves 11 de abril, a  las 7:00 p.m., acompáñanos a disfrutar de la poesía de Wally Romero, Sergio Garay y Ronald Orellana, miembros del Círculo Literario Mishima. Y como siempre, con intermedios musicales en vivo.


sábado, 30 de marzo de 2013

CARTA ABIERTA VI

Si escribir es una rectificación de vida, escribir una carta abierta cada que cumplo años es quizás la exageración de esa idea: es llevar hasta niveles de morbo ese voyerismo. Quizás esta no tenga entre sus líneas artificios retóricos. Tal vez no escriba hoy sobre alegrías o tristezas: he escrito mucho últimamente sobre esos temas. La verdad escribo hoy esta carta por cumplir con la tradición que me ha llevado ya seis años, atendiendo al principio que quizás lo único en la vida que valga la pena, porque nos arraiga a algo, son las tradiciones.

 ¿Qué puedo decir ahora? Tengo veintitantos años, la vida se escurre y uno casi ni se da cuenta. Estoy llegando más con pena que con gloria a mi tercera década, pero ahora: ¿quién puede medir el éxito del fracaso? Tengo pareja, amigos, familia, un empleo modesto y el oficio de escribir. He cambiado mucho desde la última carta, algunas de esas cosas no las tenía como las tengo hoy: mi calidad de vida ha mejorado y me siento agradecido por eso. Tengo un camino por seguir, una vida, y por el momento, sigo caminado.




jueves, 14 de febrero de 2013

De: “Y qué imposible es no llamarte ingle” (Alberto López Serrano)


XVIII
¿Será posible, pregunto, que tan lejos llegue la violencia?
Yo no sé,
pero a cada calle surgir puede la fatal certeza,
pero a cada esquina sorprenderme puede…
…y yo pensando en tus muslos…

¿Será posible, pienso, que silencie mis pasos la violencia?
Puede ser, yo sé,
que algún asalto me calcine el rumbo,
que algún disparo me taladre el tórax…
… y yo pensando en tus labios…

Me interesa tu nombre
Y el caos que le sigue en mi silencio,
Palabra clave que a la muerte mata,
Suspensión temporal de doble filo
Como una hoja de afeitar mi barba,
Como espejos que aprender a no esperar sonrisas.
Tanta calle, tanta esquina, tanto asalto,
Y así no más la incertidumbre envuelve
… y yo envuelto en la ilusión del alba transparente…

¿Será posible, digo, que esta guerra calcine nuestro sentido?
Sólo sé que, por hoy,
andar solo en estas cales me desquicia
y  la peor certeza me despierta y me agudiza los sentidos:
Que apenas te he besado.


Tomado de:
López Serrano, Alberto (2011) Y qué imposible es no llamarte ingle. Editorial Equizzero. Soyapango: El Salvador. Págs.:29-30