lunes, 5 de septiembre de 2011

Ausencia...

Aún camino por el parque y me pregunto: ¿Por que no encuentro el lugar donde quedaste tirada? ¿Quizás fue cerca de la fuente? ¿Quizás encuentre todavía marcas de sangre que me digan donde te quedaste dormida? ¿Donde caíste entre el polvo, con el peso de un ave? ¿Donde te internaste a la última sombra?

Me siento en una banca. Una bandada de palomas pasa volando, y pienso que alguna vez estuviste esperándome aquí, con aquel vestido azul que tanto odiabas, ese que usabas solamente en ocasiones especiales, para que te diera suerte...

Pienso en que habrás pensado esa tarde, cuando me demoraba a la cita, cuando te mordías los labios mirando al vacío, cuando mirabas repetidamente tu reloj, y te dabas cuenta que el martilleo infernal de los segundos es el sonido más terrible que existe... cada golpe de la aguja se reproduce, va al eco... Luego pienso: ¿Habrás visto las mismas palomas? ¿Habrás visto a la misma gente? ¿Qué habrás sentido cuando te golpeó el hálito frío que exhala la boca de la muerte?

¿Qué fue lo último que viste? Quisiera saber cual fue tu último pensamiento. Quisiera saber en que lugar caíste, para besar el suelo que te sirvió de lecho.

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