viernes, 31 de agosto de 2007

CAÍN: UN MISTERIO. Lord Byron.



ACTO I. ESCENA I.
(Fragmento)




Caín (solo) ¡Y esto es vivir! ¡Trabajo! ¿Por qué he de trabajar? Porque mi padre no supo guardar su sito en el Edén. ¿Y yo qué hice en eso? No había nacido: no elegí nacer: ni amo el esclavo que me encontré al nacer. ¿Por qué él a la serpiente y a la mujer cedió? ¿Y así, por qué sufrir? ¿Qué había en todo esto? Ahí estaba el árbol ¿y por qué no para él? Si no, ¿Por qué ponerlo junto a él donde estaba, en medio, el más hermoso? A todas las preguntas dan la misma respuesta: “Tal fue su voluntad, y EL es bueno.” ¿Y yo cómo lo sé? Poderoso, ¿Ha de ser también bueno? Lo hizo por los frutos - y amargos- con que debo vivir, por una culpa no mía. (Ve a Lucifer.)
¿A quién tenemos aquí? Una forma como de ángel, pero de aspecto más sereno y más triste de esencia más espiritual.
¿Por qué tiemblo? ¿Debería temerle más que a tantos espíritus que veo a diario agitar sus espaldas flamígeras ante la puerta donde rondo al ocaso, a veces para un atisbo fugaz de los jardines que son mi justa herencia, antes que anochezca sobre el muro cerrado y el árbol inmortal cuya copa rebasa los bastiones por ángeles defendidos? Si a mi no me asustan los ángeles con espadas de fuego ¿Por qué debe arredrarme éste que ahora se acerca? Pero parece, más poderoso que aquellos, y no menos hermoso, auque no tan hermoso como ha sido y podría ser: la pena parece que fuera la mitad de su inmortalidad. ¿Y es así? ¿Y un dolor puede salvar al hombre? Aquí viene. (Entra Lucifer.)
Lucifer. ¡Mortal!
Caín. Espíritu ¿quién eres?
Lucifer. Señor de los espíritus
Caín. Si es así ¿cómo puedes dejarlos, parta andar con el polvo?
Lucifer. Conozco qué piensa el polvo y siento con el polvo y contigo.
Caín. ¿Y sabes mis pensamientos?
Lucifer. Son los de todo ser digno del pensamiento: es la parte inmortal que habla en vuestro interior.
Caín. ¿Qué parte inmortal? Eso no nos fue revelado: mi padre en su locura, nos dejó separados del árbol de la vida; y del conocimiento, por prisas de mi madre, se probó demasiado pronto, ¡Y su fruto es muerte!
Lucifer. Te han engañado: tu has de vivir.
Caín. Yo vivo para morir, y al vivir, nada veo que me haga odiar la muerte, salvo el apego innato, un instinto de vida, sucio, pero invencible, que aborrezco, tal como me desprecio a mí mismo, más, no puedo vencerlo … y así vivo. ¡Ojalá nunca hubiera vivido!
Lucifer. Vives y para siempre debes vivir: no creas que la tierra, tu externa cubierta es la existencia.
Cesará y tú serás no menos que eres hay.
Caín. ¡No menos! ¿Y por qué no más?
Lucifer. Quizá serás lo mismo que nosotros.
Caín. ¿Qué sois vosotros?
Lucifer. Somos eternos.
Caín. ¿Sois felices?
Lucifer. No: ¿lo eres tú?
Caín. ¿Y cómo podría serlo? ¡Mírame!
Lucifer. ¡Pobre barro! ¡Y pretendes ser desgraciado! ¡tú!
Caín. Lo soy. ¿Y qué eres tú con todo tu poder?
Lucifer. Uno que aspiró a ser lo que te hizo, y que no te habría hecho lo que eres.
Caín. ¡Ah tu pareces casi un dios y…!
Lucifer. No lo soy: Y al haber fracasado en serlo, no querría ser si no lo que soy. Él venció: pues que reine.
Caín. ¿Quién?
Lucifer. El que hizo a tu padre y la tierra.
Caín. Y el cielo y todo lo que en ellos hay. Eso oí cantar a sus ángeles, y eso dice mi padre.
Lucifer. Dicen lo que deben decir y cantar, bajo pena de ser lo que lo que yo soy –y tú eres- entre espíritus y hombres.
Caín. ¿Y eso qué es?
Lucifer. Almas que se atreven a usar su inmortalidad para mirar a su tirano omnipotente, cara a cara perenne, ¡Y decirle que no es bueno su mal! Si él hizo como dice- y no sé y no lo creo-, peo si nos hizo no puede deshacerlo: inmortales somos. Y aún más él quiso que lo fuéramos para torturarnos así. ¡Pues que lo haga! El es grande pero aún en su grandeza, no es más feliz que somos nosotros en conflicto: la Bondad no hace el mal ¿Y qué otra cosa ha hecho Él? Que siga sentado allá en su vasto trono solitario, creando mundos que le aligeren la eternidad cargosa a su inmensa existencia, a su soledad siempre sin participación: que acumule los orbes: está solo, tirano, infinito, insoluble; si pudiera aplastarse a sí mismo, sería el mayor beneficio que jamás concediera: ¡pero siga reinando, siga multiplicándose a sí mismo en desgracia! Al menos los espíritus y los Hombres y sufriendo en concierto, hacemos nuestras penas mucho más soportables por vasta simpatía sin límites de todos con todos. Pero ¡Él! Tan cuitado en su altura, tan inquieto en su cuita, debe seguir creando y volviendo a crear.
Quizá se hará algún día un hijo, como os dio un padre, más si lo hace ¡créeme que será ese hijo un sacrificio!
Caín. Me hablas de cosas que hace mucho tiempo en visiones flotan ante mi mente: nunca reconcilié lo que veía con lo que oía. Mi padre y mi madre me hablaban de serpientes, de frutos y de árboles: hoy veo la puerta del que llaman ellos su paraíso guardada por un ángel de flamígera espada, que nos impide entrar: el trabajo diario me pesa y el pesar constante: miro entorno a un mundo donde yo no perezco ser nada, mientras los pensamientos se elevan a mí como si dominar pudiera todo, pero creí que esta desgracia solo era mía. Mi padre está domesticado, mi madre ya ha olvidado el ánimo que la hizo tener sed de saber a riesgo de una eterna maldición, y mi hermano es un pastor atento que ofrece los primeros nacidos de rebaño al que hace que la tierra no nos dé sin sudor nada : mi hermana Zillah canta himnos más temprano que las aves del alba; y mi Adah, amada mía no comprende tampoco lo que abruma mi mente: nunca pudo entenderme.Está bien: yo prefiero unirme a los espíritus.
Lucifer. Y si no hubiera sido adecuado, por tu alma, para tal compañía, yo ahora estaría delante de ti: como antes, una serpiente sería suficiente para imponer su hechizo.
Caín. ¿Tú tentaste a mi madre?
Lucifer. No tiento a nadie, sino con la verdad: ¿no fue aquel árbol el árbol del saber? ¿Y no era el árbol de la vida siempre fértil? ¿Fui yo quien le dijo que no comiera de él ?¿fui yo quien plantó lo prohibido al alcance de seres inocentes, curiosos por su propia inocencia? Yo os hubiera hecho dioses y el que os echó, fue porque no debías comer el fruto de la vida, y “llegar a ser dioses como nosotros”. ¿Fue eso lo que les dijo?
Caín. Eso fue, según dicen lo que oyeron entre truenos.
Lucifer. ¿Entonces quién fue el demonio?


Sobre la Inmortalidad.

Por: Ronald Orellana.
Si la inmortalidad fuera una condición posible para los seres humanos, seria importante acceder a ella. Pienso que podría ser interesante tener suficiente tiempo para leer una cantidad determinada de libros y recurrir a ellos tantas veces como quisiera.

La objeción a este pensamiento es que eso sería posible si nuestro universo no contara con un limite de tiempo, y está comprobado científicamente – o al menos los científicos afirman – que nuestro entorno y las posibilidades que lo conforman son finitos, además al cabo de un buen transcurso de tiempo – acaso milenios – pienso que podría haber llegado a leer una considerable cantidad de textos – pues su número no es infinito –, lo malo es que al cabo de un número menor de años, habría captado la mayoría de impresiones; me habrían pasado todas las situaciones posibles y mis sentidos estarían gobernados por el hastío.

Así es que la inmortalidad no tendría sentido.

viernes, 24 de agosto de 2007

LíMITES (BORGES):poema del mes.



No hay poema de Borges que resuma más mi condición como ser humano que este:



Límites.

Hay una línea de Verlaine que no volveré a recordar.

Hay una calle próxima que está vedada a mis pasos,

hay un espejo que me ha visto por última vez,

hay una puerta que he cerrado hasta el fin del mundo

Entre los libros de mi biblioteca (estoy viéndolos)

hay alguno que ya nunca abriré.

Este verano cumpliré cincuenta años;

La muerte me desgasta, incesante.

De Inscripciones, de JULIO PLATERO HAEDO

(Montevideo, 1923)

JORGE LUIS BORGES.

Tomado de:
Borges, J.L. El Hacedor, 1960. Página 121. Alianza editorial: España.

El mar.

Los hombres se mueren de frío cada vez que hacen el amor contigo.
Caen claveles azules en cada orgasmo de espuma
Se vierten espacios de leche en la vía Láctea.
El agua no se enfría
Y los peces mueren de sed.

Con caracoles incrustados en el adomen, un Leviatán se encuentra varado en la playa, vierte de su boca girasoles, canta a su amada ballena jorobada:
Azul… Azul….Azul……
La leche se mezcla en los encajes de la playa.
Revientan los pilares de un acantilado
El estallido sumerge mis oídos
En el fondo de una caracola.
Y sigo mirando el eclipse….
Y veo los tritones haciendo el amor con la luna
Espuma…
Espuma…….. ¿Espuma?…
Es puma marino que parió la luna.
El día que danzando con el sol se hizo bruma
Y le llamó noche.
Y se revolcó en orgasmos viéndose en tu espejo.

El mar…..El mar….
raro nombre para llamarle a las neuronas de mi cerebro.

Ronald Orellana (L. B A).

domingo, 12 de agosto de 2007

UN RELATO NOCTURNO.

Ronald Orellana (L.B. A).
Vi la silueta desaparecer entre las sombras, era una figura de mujer que se desintegró en las penumbras. Unas botas marcaban pasos a lo lejos, me acerque donde la había visto, y me detuve con claro nerviosismo a terminar mi cigarrillo, temía ser visto por los transeúntes.

Ella se acercó a mi, la sangre se me agolpaba en el cuerpo y sentí el ansioso palpitar en mi corazón. Era una entre las tantas que había visto las noches anteriores al pasar por estas calles: su escotada blusa ostentaba unos senos perfectos, con su minifalda, mostraba unas piernas recién depiladas, no me resistí a tocarlas, eran suaves y duras, mi pene recibió los golpes de sangre que lanzaba mi corazón. "Hola" me dijo, y saco un cigarrillo de su bolso, corrí a ofrecerle fuego de mi encendedor. Ella era la mejor entre todas las traviesas de la cuadra, la más femenina, tenía unas nalgas tan duras y firmes que me hacían pensar: a esta, me la tiró. Era alta, morena, de delicado maquillaje. De repente volvió a sonreírme con desden y me dijo: "¡Bueno che! te vas a quedar allí parado sin decir nada ", la verdad le conteste que a mi sólo me gustaba ver y tocar; que nunca antes había estado con una traviesa y que me encontraba un poco nervioso, acto seguido le tome la mano y la lleve a mi pecho, cuando sintió los latidos de mi corazón, me dijo:"¡pero papi! Te vas a morir de un infarto" quisiera morir haciéndote el amor, le conteste, todo fue muy excitante, ¿Quizás el hecho de hacer algo prohibido me resultaba placentero? Comencé a tocar su cuerpo, ella acariciaba mi pene, que se abultaba bajo mi pantalón, y me veía con unos ojos que me hacían excitar aun más. Le pregunte que si lo íbamos a hacer entre los matorrales que están cerca del puente, me dijo:"En el motel " ¡No! Le conteste ¡como vamos a ir a un motel! ¡Que va a decir la gente cuando me vea entrando con vos! "no seas tonto" me contesto "así le llamamos nosotras a ese lugar" y me mostró el camino hacia los matorrales que se alargaban junto a la carretera cerca del puente, entramos, me sorprendió que habían acondicionado colchones entre la maleza, bastante adentrados en la espesura, parecían cuartos improvisados, vi a las parejas que se nos habían adelantado, veía las siluetas que envestían a otras entre las sombras, y oía los gemidos de placer. Una traviesa se encontraba con un hombre que me pareció un anciano, la verdad sentí vergüenza al ver tal escena, pues ella estaba tan sexy que hubiese querido estar en el lugar del viejo.

Pregunté a mi guía hacia donde nos dirigíamos, entonces ella dijo:"ya llegamos" era una improvisada habitación de hotel, a la intemperie, casi a la orilla del río. Entramos, ella comenzó a tocarme, bajó el cierre de mi pantalón y saco mi cipote, lo froto con efusividad y me preguntó. " ¿Ya no estas nervioso?" sonrió y comenzó a mamarlo, era tanto el pacer que me daba, que pensé que de un momento a otro me iba a venir, su cabeza subía y bajaba succionando mi miembro, yo no podía hacer más que mirar hacia el cielo estrellado, embriagado de placer, cuando terminó de mamármelo, se dio la vuelta enseñándome su precioso culo, como la falda era corta en esa posición me mostraba su hilo dental ¡era una diosa en todo el sentido de la palabra! hizo a un lado la braguita y me tomo con una mano el pene introduciéndolo en su ano: sentí riquísimo cuando entro y empecé a envestirla. Teníamos enfrente el río, rítmicamente el trasero de esa morena chocaba con mi cuerpo. Un acto inolvidable, mi primera vez haciendo el amor con una traviesa, tantas veces lo había planeado pero no me atrevía.

De repente se oyó un disparo, al cual siguió un grito, una persona cayó al río, un cuerpo comenzó a moverse en el agua y a ser arrastrado corriente abajo, el blanco cadáver resaltaba en la negrura. Cuando paso frente al lugar donde nos encontrábamos, me di cuenta que era el travesti que había visto puente arriba con el anciano, ella lanzaba borbotones de sangre negra de su boca y por un momento me vio con ojos fijos mientras lanzaba rítmicos estertores.

Mil pensamientos giraron en mi mente, mientras veía el cadáver arrastrado por el río, lo primero que pensé fue en que la policía no tardaría en llegar y a mí se me tomaría como uno de los testigos del homicidio, se me heló al sangre: ¿Cómo les iba a explicar todo esto a mi esposa e hijos?

Ella me exhortó a que me fuera rápido, me dijo que las redadas para ellas ya eran habituales y que en cierta forma presentía que algo iba a pasarme.

Como pude, salí de los matorrales, abriéndome camino entre el cieno y las sombras, al salir a la calle una lámpara iluminó mi rostro, no vi más que las luces rojo y azul de una patrulla, el individuo que me alumbraba la cara me dijo: "deténgase allí" y comenzó a registrarme, por los indicios de mi cuerpo y mis desordenadas vestiduras reconoció de que acababa de tener relaciones sexuales, esto unido a que un travesti que me vio dijo que yo había entrado antes de los disparos y que me había visto, la noche anterior, merodeando por el lugar de manera sospechosa, acto seguido me esposaron, me opuse como pude pero eso sólo agravo las cosas.

Ahora pienso en decir todo esto en mi declaración…O inventarles otra historia.

viernes, 10 de agosto de 2007

YO (Prologo extemporáneo)

Nací el día del nacimiento de Francisco de Goya. Me creo escritor, Investigador, camionero, boxeador, barredor de calles. Tengo mala tildación, tengo mala dicción, escribo como si tartamudeara.

Me gusta dormir en exceso, comer, mirar la luna y el cielo estrellado (te cuento que el cielo es mucho más negro en estos días). Me gusta correr desnudo bajo la lluvia. No puedo ser poeta, por eso me refugio bajo el mote de crítico literario. Odio a Lorca y Unamuno; me gusta leer a Borges y Bukowski…. Odio el mar, y pienso que el arte es lo único que importa.

Creo que la vida dura una carcajada, JA! (alguien ha muerto), y el amor la eyaculación. No me estorba la muerte, paso todo el día limpiando cloacas. En la tarde, camino entre gigantes de acero, alquilo un maniquí y abordo el colectivo. Cuando llego a mi casa oloroso a mierda, digo: “ESTOY ARTO DE TENER ARTRITIS TODOS LOS DÍAS”

Al final, cuando esté muerto, y sea un escritor famoso, los niños se reunirán para escupir sobre mi tumba.