domingo, 25 de mayo de 2014

De enero a esta fecha



De enero a esta fecha algo ha cambiado, si bien es cierto ya no sufro las mismas necesidades a las que me vi sometido el año pasado, otras necesidades han surgido. Ahora estoy más despejado, si, y siento que poco a poco estoy viviendo los sueños que hasta algunos meses sólo me limitaba imaginar. Uno de esos ideales tenía que ver con conocer a ciertas personas que admiro y trabar amistad con ellas; otro tenía que ver con ser admitido en un taller, al cual nunca me imaginé que iba a entrar de la forma en la que fui admitido, eso es un gran punto a mi favor, pero a veces me siento defraudado conmigo mismo por no rendir como debería.
Veo uno de los libros que me ha regalado el maestro Ricardo Lindo, a quién respeto mucho y estimo, pero leo con cierta reticencia lo que ha dedicado, preguntándome si es verdaderamente cierto: 
 
"Para mi amigo Ronald, el joven escritor"

No quiero ser malagradecido con el cumplido, pues no lo digo porque me llame amigo, sino por lo de “escritor”, porque esa rubrica surge a raíz de externarle las mismas dudas de las que hago catarsis en este escrito: por eso pienso que sólo lo hace por levantarme el autoestima, no sé… pues para mí, siento que la realidad de mis escritos es distinta, siento que quizás me falta disciplina, inteligencia, talento, un montón de cosas, o sólo me exijo mucho. Por eso no puedo evitar hacerme estas preguntas: ¿De verdad tendré madera para algún día ser considerado escritor? O ¿sólo soy un simple charlatán? ¿Es bueno el exceso de confianza o es algo que hace daño? No sé… por el momento no tengo la madurez necesaria para responderlas.