lunes, 24 de septiembre de 2007

EL DESTINO DEL HOMBRE.

Ronald Orellana.

"Vemos el universo en la forma que es porque nosotros existimos"
Stephen W. Hawking.
En: historia del tiempo.
Somos los únicos seres, -al menos en este universo-, que estamos conscientes de nuestra existencia, sobre el particular, Uno de los problemas que últimamente ha ocupado mi pensamiento, ha sido la pregunta: ¿Hacia donde va la raza humana?, personalmente no creo que sea el único que se haya hecho este planteamiento, pues sé, que dicha incógnita ha llamado la atención de muchos filósofos y científicos a lo largo de la Historia.

Se han creado mitos que nos llevan a formarnos una cosmovisión con respecto al destino de la humanidad. Uno de ellos es el mito de la Edad de Oro, que Hesíodo consigna en su Teogonía, otros han hablado del mito del Eterno Retorno, donde el tiempo se desarrolla en ciclos perfectos, como una sucesión de años cosmológicos.

Por su naturaleza utópica, el hombre tiende a pensar en un futuro prospero, donde la raza humana se encaminaría hacia su plenificación, y él que suscribe, como perteneciente al género, compartiría esa idea. Pero todos sabemos que no existe nada absoluto, todo es devenir y transitorio, con lo anterior quisiera mostrarme optimista, pero nuestro panorama se encuentra lejos de ser alentador.

Si analizamos el trasfondo del problema, son tres los elementos que podrían destruir a la raza humana:

1)Su afán destructivo.

2) El agotamiento de los recursos naturales y las causas que esto conlleva.

3) La muerte de nuestra estrella madre.

El primero es –a mi juicio – el más probable, tenemos como prueba lo constatado en la historia sobre todas las guerras: la tecnología bélica y las armas de exterminio masivo sólo son una pequeña prueba de de la presencia de una cultura de la destrucción, que puede traducirse en una aniquilación de el género humano. Observamos que gran parte de la creación humana esta vinculada a crear elementos para agredir a sus semejantes, materia en la cual el hombre gana el primer lugar (1). Sigmund freud, utiliza la frase latina: Hommo homini lupus (2), que en su sentido alegórico resume esas condición humana, de ahí que no se descarte la posibilidad de una destrucción del hombre por el hombre.

El segundo elemento no está lejos de llamar mi atención, pero sólo con postularnos sus prioridades vemos que esta destinado a derretirse como el hielo bajo el sol. El hombre si bien no está viviendo en armonía con la naturaleza, en los últimos años ha inventado medios alternativos que le facilitan su relación con ella. Podemos decir que ha tomado conciencia del riesgo que le atribuye el destruir los elementos y, por ende, ha vinculado la tecnología para hacerlo. Además no es mi intención redactarles un discurso ecológico, sino analizar el posible camino del hombre.

Quizás el tercer factor sea el que más llena de terror mis sentidos: ¿Qué haríamos si no tuviéramos la energía que nos proporciona nuestra estrella madre? Que haríamos sin la energía de esos átomos de hidrogeno en combustión nuclear. Todo lo que en materia biológica conocemos dejaría de existir. Para hacer un análisis de esto hay que tener en cuenta la edad de la tierra, sus rocas más viejas han sido encontradas en Groelandia y tienen una edad aproximado de 39000 millones de años, con respecto a la edad de nuestro Sol Manuel Rego nos dice:

Los meteoritos tienen edades del orden de los 4570 millones de años y las rocas lunares más viejas tienen valores comprendidos entre los de 4500 y 4600 millones de años. En este intervalo estaría comprendida la edad del sistema solar que es consistente con los 4500 millones de años que la teoría de la evolución estelar atribuye a la edad del Sol. (3)

Rego atribuye el origen de nuestro Sol a la explosión de una supernova, dato irrebatible para la cosmología actual, siendo según él la edad del universo unos 14 y 16 mil millones de años.
El sol como todas las estrellas esta destinado a morir, cuando su combustible se agote se convertirá en una supernova y estallara en su propio núcleo, se convertirá en lo que los cosmólogos llaman: enana blanca, que no es más que una pequeña estrella, sin suficiente energía como la que ocupara en su estado anterior, las causas de esto serian un Sol tibio que no lograría abastecer de energía a nuestro planeta, eso conllevaría la muerte de toda la vida biológica, y por ende si para ese evento todavía existiera : El hombre.

Quisiera refutar lo anterior pensando que hay un factor que podría ser el salvoconducto a ese caos, y es la colonización de otros sistemas solares con planetas. El hombre ha demostrado que es capaz de superar a la ciencia ficción, y con el huso de su tecnología, y teniendo en cuenta que podrían haber lunas y planetas que reunirían las condiciones de el nuestro, esa condición podría ser posible en un futuro lejano.

Al final sólo me resta pensar que si hubiera un espectador eterno, el cual supiera el destino de la raza humana, y que en ese devenir de la eternidad me pudiera refutar u aprobar, este opúsculo tendría sentido, pero humildemente creo que no lo hay.

NOTAS.

[1] Desde sus orígenes, El ser humano ha estado vinculado al construcción de armas. Si bien, las primeras muestras de actividad cultural material tuvieron que ver con la preparación de utensilios para la caza y preparación de alimentos, ninguna fuente nos refutaría que estos mismos instrumentos fueran utilizados para agredir a otros individuos.

[2] S, Freud, El malestar en la cultura. Alianza Editorial, 1981: Madrid España. Ver el capítulo 5, página 53, de esa edición.

[3]Manuel Rego, cosmología: fundamentos y controles obserbacionales, edad de el universo, la tierra y el sistema solar. C.N.I.C.E. Encontrado en el sitio:
http://cerezo.pntic.mec.es/~mrego/cosmo45.html#C45P50.
Para mayor información siempre del mismo autor visitar el sitio:
http://w3.cnice.mec.es/tematicas/cosmologia/1999_09/1999_09_05.html

IMAGEN.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

VIDA, PASIóN Y MUERTE DEL ANTI-HOMBRE. I ( Pedro Geoffoy Rivas)


Nascencia en el paisaje igual a siempre y olvidado siempre,
Incierto, de cenizas amarillas y dulces,
Idéntico a sí mismo desde hace quién sabe cuántos vagos y ardorosos milenios,
Ecuación desmedida en el preciso instante en que el grito y la sangre se confunden,
Allá
Cuando mi madre era más bella entonces
Que todos los huertos frutecidos en el sueño con hambre de los hombres.

Milagrosamente,
Mi corazón de nube desató sus silencios
Y mis ojos con nidos donde van y vienen mariposas y velas,
Estremecieron la luz al deshojar la planta sin nombre de un recuerdo.

Entonces fue,
En lo más hondo de su tierra,
Entre limos de angustia, despiadados torrentes y lejanos misterios,
En vuelcos trascendentes desahogando sus ríos,
La renuncia fatal,
La escisión fragorosa que se quedó entre los dos como un secreto
Como si alguien nos arrancase un sueño de repente
Y el socavón oscuro quedara empapelado de tristeza.

Con un afán de árboles,
Ella desenterró sus muertos para esta mi vida en que culminan diez millones de vidas,
Crucificó su sombra en el corte de todos los caminos para mi anhelo alzado y sin fronteras
Y nutrió mis raíces en el hueco de una vieja nostalgia de ojos madrugados.

Y fui yo solo entonces a taladrar mi brecha,
Prolongando un dolor que me llegaba nadie sabe de dónde,
A llenar mi destino de ser apenas un jalón en el sueño,
A pulir mi diamante, a descubrir mi pozo,
A levantar muy alto unas cuantas banderas de alegría.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Cronos y sus hermanos.(José Antonio Monje)


Aquí les dejo este excelente artículo, que encontré en una excelente revista:



El gran cataclismo, origen del universo, intuido por la mitología griega en la lucha cósmica mantenida por los primeros dioses:Gigantes titanes y cíclopes…

La idea de que el origen del universo, hace 10.000 millones de años, se produjo en medio de inimaginables cataclismos fue ya intuida por los griegos. En vez del Big Bang, el “gran bombazo” con el que empezó todo, o las explosiones de estrellas conocidas como “supernovas”, o los agujeros negros, esa especie de vertiginosos sumideros sin fondo, en los más antiguos relatos griegos sobre el origen del cosmos se nos habla del caos primigenio(“en primer lugar existió el caos”)y de seres sobrehumanos, moustrosos, dotados de una fuera y crueldades descomunales, que chocaron entre si en batallas aniquiladoras, tras las cuales los vencidos fueron arrojados a un abismo tenebroso.

Los más famosos fueron los Titanes, los terribles hijos de Gea (la tierra) y Urano (el cielo). Éstos fueron “los primeros dioses”. Entre ellos se contaban los gigantes “de resplandecientes armas”. Junto a ellos los cíclopes “de soberbio espíritu, que regalaron a Zeus el trono y le fabricaron el rayo”, llamados así por oponimia, “ya que, efectivamente un solo ojo completamente redondo se hallaba en su frente”. “También de Gea y Urano nacieron otros tres hijos enormes y violentos cuyo nombre no debe pronunciarse, con cien brazos informes y cincuenta cabezas”. Tales fueron “los primeros dioses”, los hermanos de Cronos, los “Uránidas”, según cuenta Hesíodo en su teogonía.


Lucha de titanes.

También habla este autor de los feroces enfrentamientos entre ellos. Primero fue la rebelión de los titanes contra Urano, que acabó con la castración del padre a manos de Cronos, según un plan urdido por Gea. Luego, la lucha por el dominio del cielo se entablaría por los titanes y los hijos de Cronos, capitaneados por Zeus, al que ayudaron “sus tíos”, los de los cien brazos y cincuenta cabezas: es la famosa titanomaquia. “Éstos entonces se enfrentaron a los titanes en funesta lucha, con enormes rocas y robustas manos. Los titanes, por otra parte, afirmaron sus filas resueltamente. Unos y otros exhibían el poder de sus brazos y de su fuerza. Terriblemente resonó el inmenso ponto y la tierra retumbó con gran estruendo; el vasto del cielo gimió estremecido, y desde su raíz vibró el elevado olimpo por el ímpetu de los inmortales… por todas partes resonaba la tierra portadora de vida envuelta en llamas y crujió el gran estruendo, envuelto en fuego, el inmenso bosque. Hervía la tierra toda y las corrientes del océano y el estéril ponto. Una ardiente humareda envolvió a los titanes nacidos del suelo y una inmensa llamarada alcanzó la atmósfera divina”. Ésta cósmica lucha se resolvió cuan los monstruos de los cien brazos “provocaron un violento combate. Trescientas rocas lanzaban sin respiro con sus poderosas manos y cubrieron por completo con estos proyectiles a los Titanes”. Finalmente, los Titanes fueron arrojados al “tenebroso Tártaro” que Hesíodo describe como un “enorme abismo: no se alcanzaría su fondo ni en todo una año completo, si antes fuera posible franquear sus puertas; sino que por aquí y por allá te arrastraría huracán ante huracán terrible. Horrendo incluso para los dioses inmortales, este lugar.” (Trad, de A. Pérez y A. Martínez).


El mito y la ciencia.

Sin duda, la versión transmitida por el primer mitógrafo griego se aproxima a la teoría científica actual mucho más que el relato bíblico de la Creación, donde el origen del Universo es obra de un Dios bondadoso, que en seis días creó “el cielo y la tierra y todo su cortejo” y, rematada su obra, el séptimo descansó complacido con ella. Un proceso ordenado, controlado, amable, en duro contraste con la extrema violencia que caracteriza al mito griego. Y con lo que se percibe a través de los modernos telescopios.

Estos monstruos primigenios se han incorporado al imaginario colectivo de Occidente a través de la literatura, el arte y el folklore. Los nombres propios de estos terribles “primeros dioses” que aparecen por primera vez en este fantástico relato, lleno de fuerza y colorido dramático, obra de un autor que hace ya veintisiete siglos, han sido reutilizados por la cosmología y la física. Pero además convertidos en nombres comunes, se emplea desde siempre en expresiones relacionadas con la fuerza asombrosa y el tamaño excepcional, como “hacer esfuerzos titánicos”, “mantener una lucha de titanes”, “tener un tamaño gigantesco”, “dar pasos o saltos de gigante”, o “construir murallas ciclópeas”.

José Antonio Monje.



Tomado de la revista: La Aventura de la Historia, año II nº 17, marzo del 2000, pág. 93.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Monologo interior frente a una persona silente.

Ronald Orellana (L. B. A.).
Te vas nodriza, reloj de arena
Incendiando la ruta de las aves
Mi pupila va buscando tus destierros
Deploro hoy ante tus vitrales.

Mis neuronas codifican píxeles
De tu natural paisaje facial
¿Por qué motivo? Perderás tu mirada
Y se curvara tu espina dorsal.

Cambiaras la frescura de la tez,
A lo largo de anatómicas cenizas
Se irá el color libre de las mujeres
Que ocupa tu desnudes.

Transcurre nuestro rió
Y nos hace heridas con su daga
Porque viene la vejez
Con el rostro inexpresivo
Robándose los espejismos

Pero no se ira la esencia
Que agita mi corazón.

martes, 4 de septiembre de 2007

EL GÉNESIS CAPITULO: 3, REFLEJADO EN LA OBRA DE PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA.


(Autos sacramentales: La vida es sueño, El gran teatro del mundo)
Ronald Orellana (L. B .A).



Los autos sacramentales y las comedias religiosas, fueron dos subgéneros teatrales que caracterizaron al dramaturgo español Pedro Calderón de la Barca. Entre los primeros podemos enumerar: La devoción de la misa; La estatua de Prometeo; El veneno y la triaca; ¿Quién hallara mujer fuerte?; La vida es sueño (auto sacramental) y El Gran teatro del mundo, siendo estos dos últimos los que nos interesan para esta ocasión.

Entendemos por autos sacramentales a toda representación dramática y alegórica que toma como íntertexto pasajes de la Biblia, dichos pasajes son representados agregando variantes, que en la mayoría de los casos se alejan de sus versiones originales. (1) Lo anterior se aplica al caso de la vida es sueño, que es un auto sacramental del mito cosmogónico del Génesis, donde se observa que hay una clara separación de la versión original tomada de la Biblia.

En un principio pensamos que esta subcategoría, era empleada en esa época para la evangelización de las clases populares. Si revisamos las locaciones de su representación, vemos que estos autos eran montados en las plazas públicas, eso hacia que, en una localidad donde la plaza es el centro social de sus habitantes, se acercara la representación artística con un fin: evangelizar, ya que el contenido de estas muestras teatrales es altamente religioso.

Además se observa el carácter sincrético de estas realizaciones culturales pues, es de todos sabido, que una característica propia de la religión Católica es el cimentarse en prácticas paganas, para permear en las culturas no cristianas, asimilando sus elementos y apropiándose de ellos.

Otro dato importante es su contenido alegórico, utilizando utilería que nos atrevemos a llamar: carnavalesca, pues, en la descripción de los carros se observa que contaban con una cantidad de adornos, que los hacían vistosos a los ojos del público. Así en La vida es sueño, los cuatro carros que representan a los cuatro elementos, poseen adornos, que dan referencia de animales y objetos relacionados con ellos, por ejemplo: El carro que le corresponde al cielo, esta adornado con estrellas y signos del zodiaco; El que pertenece al agua, se adornaba con peces; El del elemento el fuego con una salamandra.(2)Etcétera.

En el primer acto de La vida es sueño, se nos presenta un conflicto entre los cuatro elementos: el Agua, el Aire, el Fuego y la tierra luchan por declarar un líder, son sorprendidos en su pugna por el Poder, quien representa a Dios creador, este los exhorta a que se unan para formar al Hombre, éste Dios, es el mismo uno y trino de la cosmovisión Judeo-cristiana, padre hijo y espíritu santo, a quienes les adjudica los nombres de Poder, Sabiduría y Amor, respectivamente. Los anteriores entran en antagonismo con: La Sombra (que es la serpiente del libro del Génesis); El Pecado, El Albedrío y Príncipe (Lucero, quien personifica a Satanás). El centro del conflicto se basa en el Hombre, la corriente de personajes malignos trata de perjudicarlo lográndolo en su determinado momento, donde se hace alusión al pecado de apostasía cometido por Adán y Eva en una forma muy original:

SOMBRA.

…[Al Hombre] toma esta dorada poma.
Si una vez su sabor gustas,
Veras que no solamente 1160
En ti mis ciencias infunda, (sic)
Pero que inmortal te haga
Para que no puedas nunca,
Igualándote al poder
del Rey, perder de esta augusta 1165
majestad la acción que hoy
no puedes decir que es tuya.
Del tiempo que allá en la tierra.
te oculto, venga la injuria;
come, y como rey serás 1170
eterno, edades futuras.(3)

Si observamos este fragmento, claramente lo podemos asociar con el Capitulo 3, del Libro del génesis, donde la serpiente exorta a Eva a comer de la manzana del árbol de la ciencia del bien y el mal:

La serpiente era la más astuta de todos los animales del campo que Yahvé había hecho, y dijo a la mujer:<< ¿Es cierto que Dios les ha dicho: no coman de ninguno de los árboles del jardín? >> La mujer respondió: <>
La serpiente replicó: <<>>La mujer vio que el árbol era apetitoso, que atraía a la vista y que era muy bueno. Tomo de su fruto y comió y se lo pasó enseguida al marido, que andaba con ella, quien también comió.
(4)

A nuestro juicio la idea central de este auto se encuentra enmarcada en los siguientes versos:

ENTENDIMIENTO.

Mira 1180
Que quizá en el aire infundas
Altas torres, y que suelen
Ser soñadas las venturas;
y podrá ser, si despiertas,
que entre fantasmas confusas 1185
todo esto vuelva a la nada.(5)

Al final de la historia, el Hombre es redimido por La Sabiduría (Dios Hijo) en un enfrentamiento contra Príncipe y Sombra.

Una crítica a esta exposición del dramaturgo, podría ser que existe ambigüedad en la persona del Príncipe, porque éste en algunas ocasiones es llamado: Lucero.

Por otro lado en El gran teatro del mundo, Calderón asigna nombres genéricos a sus personajes. Este auto es similar al anterior, presentando una cosmogonía de la creación. Solo que en lugar de centrarse en ese tópico su pretensión es más vinculado a presentar la condición humana.

Interactúan personajes con nombres genéricos: El Autor (Dios Creador), El Mundo, El Rey, El Labrador, entre otros. Los interlocutores interaccionan en una dialéctica de entes antagónicos que simbolizan clases sociales: El Pobre, El rico, y cualidades humanas: La Belleza, La Discreción, que fácilmente pueden ser agrupados en parejas.

En sus primeros versos, El Autor se encuentra en toda su omnipotencia creando el orbe, al Sacar de la nada al Mundo le asigna la tarea de ser escenario de una comedia donde los personajes son arquetipos humanos, se destacan los vicios y virtudes que pertenecen a su escensia, así el Labrador, se vive quejando de su condición miserable, al igual que el Mendigo; en cambio el Rico y el Rey se vanaglorian de sus pertenencias materiales; por otro lado la Hermosura se pavonea por su belleza física, mientras que La Prudencia se ocupa de un vida dedicada al servicio de Dios.

En un principio el Autor sostiene que el personaje que represente mejor su papel será invitado a un banquete en su presencia. Cada uno entra por una puerta que se encuentra en la derecha: La cuna, y sale por otra que esta a la izquierda: El Sepulcro.

Un claro intertexto que encontramos en alusión al génesis, es proporcionado por la figura del Labrador, quien en sus numerosas quejas, hace alusión al la condición de Adán en el momento de recibir la sentencia de Dios.

LABRADOR.

Seré mal trabajador.
Por vuestra vida…Señor,
Que aunque soy hijo de Adán
Que no me deis ese afán,
Aunque me deis posesiones,
Porque tengo presunciones
Que he de ser grande holgazán.(6)
O en este otro ejemplo:

LABRADOR.

Ésta es la herencia de Adán.
Señor Adán bien pudiera,
Pues tanto llegó a saber,
conocer que su mujer
pecaba de bachillera;
dejárala (sic) que comiera
y no la ayudara él;
más como amante cruel
dirá que se lo rogó,
y así tan mal como yo
representó su papel. (7)

Ahora lo contrastamos con el ya citado capitulo 3, del génesis, donde en el versículo: 23 al 24, se encuentra enmarcada la sentencia del Hombre, recibida por Dios:

Por ello lo echó de la tierra del Edén, para que trabajara en la tierra de donde había sido formado. Y habiendo expulsado al hombre, puso querubines al oriente del Jardín el Edén, y un remolino que disparaba rayos, para guardar el camino del árbol de la Vida.(8)

Lo anterior es un claro ejemplo que el capitulo 3, del libro del génesis, aparece representado en una forma alegórica en estos dos autos sacramentales, siendo el mismo un intertexto, encontrado en la obra calderoniana. Esta conclusión nos da pie para sostener que los autos sacramentales eran un medio para evangelizar a las masas.

NOTAS.

[1] Para más información acerca la representación del auto sacramental, ver la definición propuesta por Eduardo González Pedroso, en el trabajo: Los autos sacramentales, Definiciones y orígenes, de Luís Emilio Romero, Universidad Arcis, Santiago de Chile. Cátedra de historia y cc. Sociales. Encontrado en el sitio:

http://www.monografias.com/trabajos22/auto-sacramental/auto-sacramental.shtml#biblio.

[2] Calderón de la Barca, La vida es sueño (auto sacramental), RBA editores, 1ª edición, Barcelona. 1997: Ver nota con respecto a “Memoria de las apariencias”, encontrada en la página: 134, del auto sacramental en cuestión.

[3] Calderón de la Barca, La vida es sueño (auto sacramental), RBA editores, 1ª edición, Barcelona. 1997, página: 175, versos del 158- 171.

[4] Biblia: Génesis capitulo 3, versículos del 1-6, en la versión de Ediciones Paulinas, 13ª edición, Madrid España, 1972. Texto integro traducido del hebreo y del griego.

[5] Calderón de la Barca, Ob. cit. Pagina: 176.

[6] Calderón de la Barca, El gran teatro del mundo, Espasa-Calpe, Colección Austral. Página: 109. Madrid España

[7] Calderón de la Barca, Ob cit, página: 115.

[8] Génesis, capitulo 3, versículo 23-24. En Biblia citada.

BIBLIOGRAFIA.

Física:
Calderón de la Barca, El gran teatro del mundo, Espasa-Calpe, Colección Austral. Página: 109. Madrid España. 1976.

Calderón de la Barca, La vida es sueño (auto sacramental), RBA editores, 1ª edición, Barcelona. 1997.

Biblia: Génesis capitulo 3, versículos del 1-6, en la versión de Ediciones Paulinas, 13ª edición, Madrid España, 1972.

Virtual
Los autos sacramentales, Definiciones y orígenes, Luís Emilio Romero, Universidad Arcis, Santiago de Chile. Cátedra de historia y cc. Sociales. Encontrado en el sitio:
http://www.monografias.com/trabajos22/auto-sacramental/auto-sacramental.shtml#biblio.