viernes, 29 de abril de 2016

Vives en mí, Francisco Guirola.

Desde mis ojos de niño te veía grande, y sigues siendo grande para mí en el recuerdo. Gracias a ti descubrí el amor a la lectura. Y cuando te fuiste, supe por primera vez que existía eso que llaman Muerte: ese sueño que nos arrebata a las personas que más queremos.

Hoy, cuando me veo al espejo, creo ver en mi rostro el reflejo de tu rostro.

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