jueves, 3 de abril de 2014

Las exequias de mi vómito (Vladimir Amaya)



A Dennis Ernesto, Ronald Orellana, Sergio y Wally,
Por compartir conmigo una tarde en la Plaza Gerardo Barrios.

Somos demasiado muertos para un día hermoso.
Alguien debería levantar una estatua de nosotros,
decir: “y fueron, y acá su recuerdo inútil”.
 
Nosotros, pequeños ausentes,
roedores rapados por la furia,
no nos queda más que barajar el silencio
debajo del cielo –gran escaparate de las cosas absurdas–.

Los asuntos del ocio duelen,
pero hay que alegrarse y convidar lo amargo de las copas.
Estamos aquí para regalar mapas de hormigas a las prostitutas y huelepegas de ojos azules.

A esta plaza no llegan judíos xenofóbicos ni vendedores de seguros.
Leemos a Whitman y a Huidobro junto a los borrachos.
Esta plaza es una Isla de Patmos.

(Tú y yo, yo y ustedes: un Juanito aullando a los automóviles)
Porque si,
porque somos demasiado muertos para un día hermoso,
sabemos que aburrirse amerita una larga sonrisa
y una puñalada tenaz
en los metales de esos héroes cagados por las palomas. 




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Amaya, Vladimir (2014) TUFO. Laberinto Editorial. San Salvador. El Salvador. Págs.: 39-40.   

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