lunes, 19 de diciembre de 2011

CAIN UN MISTERIO (Lord Byron)


[Les dejo la quinta parte de mi traducción de esta pieza]

Acto I parte V


Caín: ¿Y si lo hago…? ¿¡Me enseñarás el misterio de mi ser…!?
Lucifer: Sígueme que yo te guiaré.
Caín: Pero tengo que retirarme a cultivar la tierra… porque yo había prometido…
Lucifer: ¿Qué?
Caín: …Preparar los primeros frutos…
Lucifer: ¿Por qué?
Caín: Para ofrecer con Abel en un altar.
Lucifer: ¿¡Qué no eres tú el que dice que nunca se ha inclinado, ni se inclinará a su Creador!?
Caín: Sí, pero la oración ferviente de Abel me ha conmovido, la ofrenda es mía, además, mi hermana Adah me lo ha pedido, y quiero complacerla.
Lucifer: ¿Por qué vacilas?
Caín: Ella es mi hermana, nacimos el mismo día, del mismo útero. Ella me lo pidió con lágrimas en los ojos; por eso hice esta promesa, porque me derrumba el corazón verla llorar. Por eso haré la ofrenda, me parece que es justo si la hace feliz. Entregaré en sacrificio todos los frutos primigenios, pero no adoraré.
Lucifer: ¡Entonces sígueme!
Caín: Lo haré.
[Entra Adah]
Adah: Mi hermano, he venido por ti; es nuestra hora de descanso, y mí alegría es menor si no estoy a tu lado. No has trabajado esta mañana, pero yo he hecho tu tarea: los frutos ya están maduros, están listos y brillantes como la luz del alba. Vamos ven conmigo.
Caín: ¿No ves?
Adah: Si, veo un ángel; he visto a muchos, pero no como él, es muy bello: va a compartir con nosotros. (A Lucifer): Sea bienvenido.
Caín: Pero él no es igual a los ángeles que conocemos.
Adah: ¿Ha… y entonces? Pero él es bienvenido, yo no veo inconveniente: sé que es muy digno para que sea nuestro invitado. (A Lucifer): ¿Nos acompañará?
Caín: (A Lucifer) ¿Quieres, pues?
Lucifer: (a Caín) No. Yo te pregunto: que parte tengo yo en eso. Sin embargo, tú y yo tenemos un asunto pendiente.
Caín: (A Adah)Tengo que ir con él…..
Adah: Y me dejarás sola…
(Caín se marcha)
Caín: Adiós…
Adah: ¿Y yo?
Caín: ¡¡¡Querida Adah…!!!
Adah: Déjame ir contigo...
Lucifer: No, ella no debe hacerlo.
Adah: ¿Quién eres tú para negarme los pasos entre mi corazón y el corazón de mi hermano?
Caín: Él es un Dios.
Adah: ¿Cómo sabes eso?
Caín: Habla como un Dios.
Adah: Así como también lo hizo la serpiente, y mintió.
Lucifer: ¿Cómo lo sabes? ¿Acaso tú, Adah estuviese frente al Árbol del Conocimiento?
Adah: No, pero desde allí inició nuestro dolor eterno.
Lucifer: Y sin embargo, no te has dado cuenta que el dolor es el conocimiento, por lo que la Serpiente no mintió: Y si no hubiera dolor en el conocimiento, te habría traicionado, ella habló con la Verdad; por lo tanto la verdad en su propia esencia.
Adah: Pero todo lo que de él sabemos se ha reunido en el mal que nos enferma; por él nos agenciamos la expulsión de nuestro hogar, miedo, el trabajo, el sudor, y el cansancio; el remordimiento de lo que era, y la esperanza de lo que no viene. ¡Caín! no andes con este Espíritu. Ten paciencia con lo que nos toca, yo te amo…
Lucifer: Lo amas más de tu madre, y que tu padre?
Adah: Si, así lo hago. ¿Es eso un pecado también?
Lucifer: No, no, sin embargo, un día lo enredarán sus hijos.
Adah: ¡Qué! No debe mi hija amar a su hermano Enoc?
Lucifer: No como amas tú a Caín
Adah: ¡Oh, Dios mío! ¿No me gusta saber que la forma en la que amo a Caín esté lejos del amor puro? ¿Acaso no hemos bebido la leche del mismo seno? ¿Y no es él, su padre, nacido de la misma matriz, en la misma hora que yo? ¿Mis hijos se amaran? al multiplicar nuestra descendencia ellos se amaran unos a otros como nosotros los amamos a ellos… Y como yo te amo, ¡Mi Caín! No vallas con este espíritu, que no es de los nuestros.
Imagen:
Gravado de Gustav Doré, sobre El Paraíso Perdido de Milton.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Crees que Byron reivindica el mal?

Ronald Adolfo Orellana. dijo...

Yo creo que Byron, por su naturaleza como escritor, se encuentra más allá del bien y del mal.