lunes, 12 de mayo de 2008

AL ESPEJO (BORGES)

Mi cara, no tengo más referencias de ella que la que dan los espejos, y es de todos sabido lo buenos que son para falsear la información, Borges siempre desconfió de ellos.
¿POR QUÉ persistes, incesante espejo?
¿Por qué duplicas, misterioso hermano,
el menor movimiento de mi mano?
¿Por qué en la sombra el súbito reflejo?
Eres el otro yo de que habla el griego

y asechas desde siempre.
En la tersura del agua incierta o del cristal que dura

me buscas y es inútil estar ciego.
El hecho de no verte y de saberte
te agrega horror, cosa de magia que osas
multiplicar la cifra de las cosas
que somos y que abarcan nuestra suerte.
Cuando esté muerto, copiarás a otro
Y luego a otro, a otro, a otro, a otro…


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