martes, 28 de enero de 2025

A la orilla de enero

A Luis Bernal

 Amarga es la hora de la tarde,

en la que paso bajo el puente 

que cruza el río de luces. 

Ya el sol nos ha quemado el rostro.

Y hoy estoy a la orilla,

de este mes infausto como quien se encuentra a la orilla de un río,

pensando en matarme o reírme de mi mismo.

Si hubiéramos cruzado leves palabras

talvez ambos nos habríamos salvado.

Yo te habría hablado de mis constantes suplicios,

que me duele la existencia dicen algunos.

Tu me habrías hablado de tu dolor 

Y juntos habríamos concluido

Que nuestras vigilias son hermanas.

Sólo quedaron aquellas cosas que no conquistamos.

Como la vida termina en un instante:

Tu desición fue tomada.

Quisiste eternizarte frente al río de luces, 

O quizás sólo querías encontrar la paz 

Que la conciencia de estar vivo no te daba,

Porque amarga es la hora de la tarde,

Cuando las esperanzas se acaban,

Y la memoria se vuelve suplicio, 

La angustia intermitente

De la vigilia perpetua.

Que  sabemos de más allá del olvido 

Si todo será nada, 

Ni un recuerdo, ni un sueño.

Ni siquiera la tragedia existe, 

Ni el heroísmo.

viernes, 27 de septiembre de 2024

Hora de la Ceniza (Roque Dalton)

 Este es el vídeo poema del mes de septiembre...



domingo, 15 de septiembre de 2024

Far all it us


Dicen que los farolitos encierran en su interior un geniecillo travieso, que al apagarse su luz, sale para hacer de las suyas...

jueves, 11 de julio de 2024

Dulces son, las cenizas de mi mortaja.

Dame un lugar donde descansar,
talvez,
en un pequeño rincón de tu corazón,
mira que tengo hambre
y mis pies adoloridos por el camino,
me duele el cuerpo como un conglomerado de nervios expuestos,
Por cargar con la pocas pertenencias que salvé del incendio.

Hoy he tocado todos los fondos posibles,
abrace al miedo, 
y se me rebeló
cómo un espectro que se rió de mí con una mueca retorcida.

Por eso,
dame un lugar para descansar,
alivia mi miedo,
Deja que en estos breves segundos de mi vida,
tenga un poco de paz
hasta que las dulces cenizas de mi mortaja me abracen.



jueves, 27 de junio de 2024

CARTA A MI MADRE

Madre: 

hoy estoy triste.

Intenté decírtelo en palabras cómo:

hoy duermo sobre el musgo,

y veo cómo los eucaliptos se deshojan;

el cielo se hace más distante,

hacia donde vuelan las mariposas.


Madre:

la tarde se alarga, y en su lejanía, 

los dos nos vamos perdiendo.


Podría decirte aún:

hoy he enterrado, 

en algún lugar de este país,

una cigarra que canta en mi pecho.


Aún así no habrá forma de expresarte mi dolor,

tú no entiendes de mapas y constelaciones.

Por eso sólo puedo escribirte:

"Madre, estoy triste..."