Elefantes como carnada para pescar seres humanos.
El horizonte se quema consagrándose en un degradé naranja que cae sobre el mar verdeazulado, abundante de caravanas de elefantes como cardúmenes.
Traigamos una red y pesquemos elefantes.
El sol es moneda de oro ahogándose en el horizonte.
Hombres angélicos suben a lomos de elefantes como carnada sobre el agua.
Pedro quiere arrojar las redes, tira el anzuelo con carnada de hombres para pescar elefantes, quiere ver rebosantes las redes, y saltar de la barca para caminar sobre las cabezas de elefantes angélicos,
Pedro es ahora el pescador de horizontes, arroja carnadas de elefantes bajo el degradé verdeazulado sobre un mar naranja.
Las redes están por romperse.
Sube las redes y pesca abundantes seres humanos desnudos como en una pintura de Hieronymus Bosch: mujeres, hombres, niños con cabezas de elefantes y escamas en los ojos.
Llueven elefantes con branquias sobre la barca de Pedro al vaciar las redes, llueven hombres sobre la cabeza de Pedro en el mar tempestuoso verdeazulado.
Pedro es hombre de poca fe, y dirige su barca a la orilla rebosante de elefantes con escamas.
Al llegar a la playa, divisa el horizonte naranja y ve una bandada de elefantes que vuelan surcando el cielo ensangrentado. Alguien lo espera en la orilla con unos hombres asándose sobre el fuego, y le dice: “come, deja tus redes y sígueme, que yo te haré pescador de peces…”
No hay comentarios:
Publicar un comentario