sábado, 12 de noviembre de 2011

CAÍN UN MISTERIO (Lord Byron)





[Les dejo la cuarta parte de mi traducción de esta pieza]

Acto I. Parte IV




Caín: Me alegraría el hecho de saber que yo no moriría nunca, como esas encantadoras luces que no mueren; aunque, esta vida que llevo no es fácil. ¿Qué es La Muerte…? Pienso que a la vez es algo terrible y tentador, con lo que por el momento no puedo sortear porque no encuentro guía. Aunque más bien La Muerte es algo en contra nuestra, y más porque mi familia y yo hemos pecado: la hemos heredamos, como un mal, como algo que enferma.
Lucifer: Puedes resolver tus interrogantes aquí en la tierra.
Caín: Pero… ¿Podré saberlo?
Lucifer: ya que yo no conozco La Muerte, no puedo responder. Tienes que experimentarla tú mismo.
Caín: Si yo fuera la tierra tranquila, eso no estaría mal: hubiera preferido no existir nunca… ¡Ser nada más que polvo!
Lucifer: Ese es un deseo indigno, inferior al de tu padre ¡Porque él quería el conocimiento!
Caín: Pero no tenía deseos de vivir por la eternidad… ¿Y por qué no le arrancó la vida del Árbol? ¿Qué acaso no es ese su nombre: el Árbol del Conocimiento y de la Vida?
Lucifer: Él se vio comprometido.
Caín: Cometió un mortal error!!! No tenía que arrebatar la fruta: porque antes que cruzar el umbral del conocimiento, él ignoraba la existencia de La Muerte. ¡Ay! Apenas ahora sabemos lo que es; y, sin embargo tengo miedo… miedo de lo que no comprendo, porque aún hay muchas cosas que ignoro.
Lucifer: Yo, que lo sé todo, puedo decirte que no temas. No sientas miedo, busca cuál es el verdadero conocimiento.
Caín: ¿Pretendes tú enseñarme todo?
Lucifer: Sí, pero con una condición.
Caín: Dime…
Lucifer: Que me rindas pleitesía, como tu señor.
Caín: Tú no eres el Señor que mi padre adora.
Lucifer: No.
Caín: ¿Eres igual…?
Lucifer: ¡No! Yo no tengo nada que ver con Él.
Caín: Aún así tampoco lo haría: adorarte sería algo muy infame. ¿O acaso estás por encima de Él…?
Lucifer: Yo he sido partícipe de Su poder, fui un funcionario de Su Reino. Yo habito aparte, pero Yo soy grande, tan igual, o superior a Él. Muchos son los que me honran, y son más importantes que tú, ¡pobre barro! ¿Quién te has creído? Tú no eres el primero que se postra ante mí.
Caín: ¡Yo nunca…! Hasta el momento ni siquiera me he inclinado al Dios de mi padre. Aunque mi hermano Abel, siempre lisonjea y tantas veces implora. Abel siempre está junto a mí padre en el sacrificio; yo los acompaño pero nunca me inclino, nunca he suplicado, no me nace del corazón hacerlo. ¿Por qué he de inclinarme ante ti?
Lucifer: Si, ya he notado que nunca te has dado reverencia.
Caín: ¿¡Como lo sabes!? ¿¡Si yo no te lo dije antes!?... Me intriga lo que puedes darme. Enséñame, guíame en tú sabiduría. ¿Enséñame a ser poderoso?





Imagen:Gravado de Gustav Doré, sobre El Paraíso Perdido de Milton.

No hay comentarios:

Publicar un comentario