Ronald Orellana (L.B. A).
Vi la silueta desaparecer entre las sombras, era una figura de mujer que se desintegró en las penumbras. Unas botas marcaban pasos a lo lejos, me acerque donde la había visto, y me detuve con claro nerviosismo a terminar mi cigarrillo, temía ser visto por los transeúntes.
Ella se acercó a mi, la sangre se me agolpaba en el cuerpo y sentí el ansioso palpitar en mi corazón. Era una entre las tantas que había visto las noches anteriores al pasar por estas calles: su escotada blusa ostentaba unos senos perfectos, con su minifalda, mostraba unas piernas recién depiladas, no me resistí a tocarlas, eran suaves y duras, mi pene recibió los golpes de sangre que lanzaba mi corazón. "Hola" me dijo, y saco un cigarrillo de su bolso, corrí a ofrecerle fuego de mi encendedor. Ella era la mejor entre todas las traviesas de la cuadra, la más femenina, tenía unas nalgas tan duras y firmes que me hacían pensar: a esta, me la tiró. Era alta, morena, de delicado maquillaje. De repente volvió a sonreírme con desden y me dijo: "¡Bueno che! te vas a quedar allí parado sin decir nada "
Pregunté a mi guía hacia donde nos dirigíamos, entonces ella dijo:"ya llegamos"
De repente se oyó un disparo, al cual siguió un grito, una persona cayó al río, un cuerpo comenzó a moverse en el agua y a ser arrastrado corriente abajo, el blanco cadáver resaltaba en la negrura. Cuando paso frente al lugar donde nos encontrábamos, me di cuenta que era el travesti que había visto puente arriba con el anciano, ella lanzaba borbotones de sangre negra de su boca y por un momento me vio con ojos fijos mientras lanzaba rítmicos estertores.
Mil pensamientos giraron en mi mente, mientras veía el cadáver arrastrado por el río, lo primero que pensé fue en que la policía no tardaría en llegar y a mí se me tomaría como uno de los testigos del homicidio, se me heló al sangre: ¿Cómo les iba a explicar todo esto a mi esposa e hijos?
Ella me exhortó a que me fuera rápido, me dijo que las redadas para ellas ya eran habituales y que en cierta forma presentía que algo iba a pasarme.
Como pude, salí de los matorrales, abriéndome camino entre el cieno y las sombras, al salir a la calle una lámpara iluminó mi rostro, no vi más que las luces rojo y azul de una patrulla, el individuo que me alumbraba la cara me dijo: "deténgase allí" y comenzó a registrarme, por los indicios de mi cuerpo y mis desordenadas vestiduras reconoció de que acababa de tener relaciones sexuales, esto unido a que un travesti que me vio dijo que yo había entrado antes de los disparos y que me había visto, la noche anterior, merodeando por el lugar de manera sospechosa, acto seguido me esposaron, me opuse como pude pero eso sólo agravo las cosas.
Ahora pienso en decir todo esto en mi declaración…O inventarles otra historia.
hola Luz Bella que exelente cuento
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