lunes, 30 de enero de 2012

PALABRAS MÁGICAS

En todos los lenguajes sin duda hay palabras que son por naturaleza bellas, cada una tiene la fuerza o la música para considerarlas hermosas por si solas, y mucho más si se encuentran en un verso, hay palabras que a mí en lo personal me gustan, por ejemplo, en algún caso ya mencioné que me encantaba la palabra: “GANGES”, porque ella sola reunía mucho misterio y sus sonidos guturales me dan la sensación de que se está hablando de algo muy profundo, y ¿Qué puede ser más profundo que un río enigmático, donde la vida y la muerte se mezclan en un degradé? Pero hoy quiero hablar de una palabra, de otro idioma, la palabra “BELIEVE” que rescato del inglés, es para mí una palabra tan mágica y hermosa, dotada de una sutil belleza. ¿Será quizás por ese toque liquido que le agrega la [L] en el centro? , ¿Será porque sus consonantes oclusivas no parece que explotaran, sino que se percibe una leve fluidez? o ¿Será también porque con el simple hecho de oírla nos transmite un sentimiento tan hermoso e inexplicable, que sólo se puede resumir en esa palabra? La verdad no sé cuál es su misterio, y no sé porqué ciertas palabras me gustan tanto: Esa es, para mí, la magia de las palabras…

domingo, 1 de enero de 2012

[01. 01. 12]*

El cadáver del año recién pasado yace tirado en la Morgue de las Ilusiones. Hará falta quién vaya a reconocerlo, y al fin, pueda darle una digna sepultura en el Cementerio de los Recuerdos. Fue asesinado por niños armados hasta los dientes, sus pertrechos de guerra eran conformados por una escuadrilla de aviones y barcos de papel, batallones de soldaditos de plomo, y un arsenal de municiones de petardos y juegos artificiales: no podemos imaginar una artillería más bélica.

Al dar su primera ofensiva lo encontraron sentado en una acera de la Calle Diciembre, entre la Avenida 31. Los barcos de papel atacaron por los flancos de las canaletas. Y los aviones cazas emboscaron de sorpresa al indigente, aprovechando la confusión que le ocasionó una bandada de palomas aliadas que pasó volando sobre su cabeza, y que cubrió completamente el cielo por un instante. El asediado no opuso mucha resistencia, al poco rato de iniciado el ataque depuso sus armas y se entregó al consejo de guerra para ser fusilado al filo de las cero horas.

En su obituario habrá que agregar que con él murieron algunas ilusiones, muchos sueños quedaron estrujados en el fondo del tacho de basura, y una serie de proyectos se esfumaron en su marasmo inadmisible. Por eso hay que darle definitiva sepultura en el Mausoleo del Olvido, quemar todos sus objetos personales, echar a la basura todos sus relojes y hojas de calendario. Y recibir, al fin, a este nuevo año, con el que caminaremos nuevos senderos: sea bueno, sea malo, qué más da, porque siempre tendremos el consentimiento de poder darle golpe de estado.