miércoles, 8 de febrero de 2017

Mi tráfico personal con “EL Extranjero” de Albert Camus


En estos últimos meses, debido a las circunstancias que estaba atravesando (mi nueva rutina adaptándome a un nuevo domicilio, la enfermedad y posterior intervención quirúrgica de mi madre, las noches de profunda soledad) inicié el rito de relecturas de “El Extranjero”, de Albert Camus.

Para ser un hombre que ya rebasa la tercera década de su vida, ese libro tan sencillo me resultó por lo demás tortuoso, pues ya no lo veo como cuando era un adolecente de primaria; al que se le obliga a leerlo como parte del plan curricular de lenguaje y literatura de noveno grado.

En específico, el personaje principal: ese casi autómata que desdeña de todo, al que dentro de la atmósfera de la novela, los demás personajes tildan de "INSENSIBLE", me parece por lo demás entrañable. Llego hasta sentir, que Meursault, es más real, (a pesar de ser un personaje de ficción) y más vivo, que muchas de las personas que conozco en mí día a día. Ese hombre solitario, que prefiere estar sólo al bullicio que le ofrece la compañía. Hombre de costumbres acéticas, que no quiere nada con el mundo, sin embargo el mundo (los demás) no escatiman en buscarlo, en tratar de enmarañarlo con sus problemas y afectos, que a él nada interesan: es el caso, por ejemplo, del personaje de Raimundo, por quién Meursault se ve metido en problemas; y María, que por todos los medios trata de imponerle su amor al personaje.

Al pasar por todos los antecedentes, y posteriores efectos que desencadenan el hecho de que Meusrsault salga de su área de confort al abrise a los demás, y el problema en su vida que eso desencadena, uno no puede hacer más que comprender su comportamiento, y aseptarlo, como el único personaje verdaderamente cuerdo en toda la novela.

Al seguir en compañía de “El Extranjero”, no puedo más que agradecerle al autor por habernos legado a ese personaje, tan vivo, tan real, con el que me siento tan identificado y  que hoy acompaña mis noches en vela.

Ojalá algún día un personaje como ese hable a través de mis narraciones.               




jueves, 2 de febrero de 2017

Intentos de Vuelo

A mí también me paso como a Ícaro:
quise volar,
pero sólo tenía alas de cera,
que el sol terminó por derretir.